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La Inmersión de Yeshúa en Aviv 1

  • 17 feb
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 10 mar


Aunque el 1 de Aviv, el primer día del primer mes, no era una festividad como las otras festividades mencionadas en Lv 23, marcó el inicio de muchos acontecimientos, siendo uno de los más significativos la inmersión (bautismo) de Yeshúa y el comienzo de su avodá mesiánica (servicio; ministerio) aquí en la tierra.


El mes de Aviv, también conocido como el mes de Nisán, es mencionado en la Torá como un mes importante en el calendario hebreo. En el libro de Éxodo, Elohím (Dios) instruye a Moisés y Aarón sobre la observancia del mes de Aviv:


"Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero en los meses del año."

(Éxodo 12.2)


"Hoy habéis salido en el mes de Aviv."

(Éxodo 13.4)


"Guarda el mes de Aviv..."

(Dt 16.1)


En Éxodo 12.1-2, durante las plagas de Egipto, Elohím (Dios) ordenó a los israelitas reconocer el primer día de Aviv como el inicio de su calendario. Un año después de su salida de Egipto, consagraron y “[erigieron] el tabernáculo, la tienda de reunión, el primer día del primer mes” (Éxodo 40.1-2). Entonces, “la nube cubrió la tienda de reunión, y la gloria del Señor llenó el tabernáculo”. Este evento prefiguró la futura consagración de Yeshúa, también ocurrida el primer día del primer mes, durante su inmersión en agua por Yojanán (Juan), seguido por la venida del Espíritu de Santidad sobre él.


En este día especial tuvieron lugar varios eventos significativos, vinculados al futuro Templo del rey Salomón y a los roles que Yeshúa habría de desempeñar durante su ministerio en la Tierra.


Tras la construcción del Primer Templo por el rey Salomón, varios de sus sucesores se apartaron de Elohím (Dios), cometiendo grandes males, entre ellos la idolatría y los sacrificios humanos que solían acompañarla. En respuesta, Elohím (Dios) levantó al justo rey Ezequías, quien restauró en Israel el temor y la adoración al único Elohím (Dios) verdadero. Ezequías estableció un precedente para futuros gobernantes e “hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR... [y] en el primer año de su reinado, en el primer mes [1 de Aviv], abrió las puertas de la casa del Señor y las reparó” (2 Crónicas 29.2-3). Esta fecha marcó el comienzo de la purificación del Templo.


En el séptimo año del reinado del rey persa Artajerjes, su escriba Esdras fue encargado de traer de regreso a varios grupos de israelitas, entre los que se encontraban sacerdotes, levitas, músicos, porteros y sirvientes del templo, quienes “subieron a Jerusalén” (Esdras 7.7) para continuar la reconstrucción del Templo de Israel y restablecer la enseñanza de las Escrituras en él. Ellos “emprendieron su viaje desde Babilonia el primer día del primer mes [1 de Aviv]” (Esdras 7.9), lo que marcó el inicio de la restauración del sistema del Templo y la enseñanza de las Escrituras.


En el vigésimo año del reinado de Artajerjes, comenzó una de las profecías más significativas que anunciaban la venida del Mesías. Durante la cautividad babilónica, Daniel había profetizado que “Desde el momento en que se dé la orden de restaurar y reconstruir Jerusalén hasta la llegada del Ungido, transcurrirán siete ‘sietes’ y sesenta y dos ‘sietes’”. En el primer día del primer mes [1 de Aviv], mientras Nehemías desempeñaba el cargo de copero y principal consejero del rey persa Artajerjes, Elohím (Dios) utilizó a este gobernador extranjero para emitir un decreto que autorizaba y aprobaba a Nehemías para reconstruir los muros de Jerusalén y restaurar a Israel como nación (cf. Nehemías 2.1-6). Este primer día del calendario israelita marcó el inicio de la restauración y reconstrucción de Israel, y el comienzo de la cuenta regresiva profética hacia la venida de Yeshúa.


Se puede asociar la inmersión (bautismo) de Yeshúa y el inicio de su avodá (servicio; ministerio) aquí en la tierra con esta misma fecha de inicios.


En la segunda festividad de Pésaj (Pascua) de su servicio o ministerio, Yeshúa alimentó a una multitud de 5,000 personas con cinco pequeños panes de cebada y dos peces. En la tercera festividad de Pésaj (Pascua), fue crucificado. En Jn 2.13-25, se relata la primera festividad de Pésaj (Pascua) de Yeshúa, después de su inmersión por el Inmersor ("bautista"), cuando, lleno de justa indignación, expulsó a los mercaderes y cambistas con un látigo, exclamando: “¡Saquen esto de aquí! ¡Dejen de convertir la casa de mi Padre en un mercado!”. Como se probará a continuación, este evento debió ocurrir entre el día 1 al 14 del primer mes, Aviv, situando así la inmersión (bautismo) en este mes de Aviv.


Desde Jn 1.19 a Jn 2.1 han transcurrido únicamente 7 días. Se hace énfasis en que la boda comenzó en el tercer día (cf. Jn 2.1), al tercer día, por lo tanto, en el día séptimo desde Jn 1.19; el primero en Jn 1.19-28, el segundo en Jn 1.29-34, el tercero en Jn 1.35-42, el cuarto en Jn 1.43-51. El tercer día sólo puede ser el tercer día desde el final del día en que Natanael vino a Yeshúa. Pues los días de Jn 1.19-51 son siempre días completos. Luego de las bodas, la narrativa dice que "después de esto descendieron a Cafarnaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días" (Jn 2.12). ¿A qué va Yeshúa con este grupo familiar a Cafarnaúm? No se dice; sólo añade que “permanecieron allí algunos días”. Y no debe de ser éste el momento en que se traslada y fija allí su residencia. Mt lo pone después de la prisión de Jn el Inmersor (Mt 4.13) y el Inmersor fue puesto en prisión hasta después Jn 3.24. Del texto parece deducirse, ya que “permanecen allí unos días,” que sólo “bajan” de Caná a Cafarnaúm probablemente para unirse a alguna caravana que fuese a Jerusalén, pues se dice en el versículo siguiente que “estando próximo Pésaj (Pascua)” (v.13). El rodeo que hacen en ir hasta Cafarnaúm se explica bien por la costumbre de evitar el pasar por Samaría, a causa de las rivalidades entre judíos y samaritanos, especialmente exacerbados con motivo de las “peregrinaciones”. Josefo (Vita 52) dice que muchos galileos hacían estos rodeos por el valle del Jordán por las causas dichas.


Por lo tanto, desde la inmersión de Yeshúa en Jn 1.29-34 hasta el día de Pésaj (Pascua) registrado en Jn 2.13, sin necesidad de conjeturas, no transcurren más de 15 días. Esto sitúa la inmersión de Yeshúa a inicios del mes de Aviv, o posiblemente en Aviv 1, lo que concuerda con todas las narraciones paralelas registradas en la Escritura que orientan nuestra atención hacia la recepción del Espíritu de Santidad en el Tabernáculo y el Templo de Elohím (Dios) en esta fecha.


Además, la proclamación de Yojanán el Inmersor (Juan el Bautista) sobre Yeshúa durante su inmersión —“Este es el Cordero que quita el pecado del mundo”— alude claramente al cordero de Pésaj (Pascua). Esta referencia adquiere un significado aún más profundo si aquellas palabras fueron pronunciadas en el mes de Aviv, cuando todo el pueblo se encontraba en los días previos de preparación para la festividad.

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