¿Quién fue el Discípulo Amado?
- 8 feb
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Actualizado: 7 mar

Un enigma en los estudios del Nuevo Testamento es la autoría del Cuarto Evangelio. A riesgo de sonar ingenuo: ¿quién escribió el Evangelio de Juan?
La razón por la que debemos plantearnos esta pregunta es doble. En primer lugar, se acepta que el evangelio fue originalmente anónimo, lo que significa que su título fue añadido en algún momento después de su composición. En este sentido, el Evangelio de Juan es similar a los otros evangelios canónicos, los cuales probablemente recibieron sus títulos comunes —El Evangelio según X— cuando fueron recopilados como un canon cuádruple a finales del siglo II.
Por otro lado, a diferencia de los demás evangelios, en este encontramos algunas pistas enigmáticas dentro del propio texto sobre su autoría. Estas aparecen en forma de una frase bastante peculiar insertada en el epílogo de la obra:
Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero (Jn 21.24).
Pero ¿quién es "el discípulo" mencionado en este pasaje y qué participación tuvo en la composición del evangelio en su conjunto? Aquí los misterios solo se multiplican, ya que este discípulo nunca es nombrado explícitamente en el texto. Se le conoce únicamente por el apelativo "el discípulo a quien Yeshúa amaba", o, en abreviatura, el "discípulo amado" (DA). Como esta figura está detrás del evangelio, nuestra pregunta se transforma en: ¿quién era este "discípulo amado"?
En esta publicación, quiero presentar a un candidato popular para el discípulo amado. Examinaremos sus fortalezas y debilidades. Y quizás, hacia el final de este artículo, usted como lector, llegue a la misma conclusión.
Elázar (Lázaro)
Hay algunos datos que podrían dar esa impresión. En particular, se nos dice, con mucho énfasis, en Jn 11.5 que Yeshúa amaba a Elázar (Lázaro), lo cual encajaría con la identificación del autor como "el discípulo a quien Yeshúa amaba". Esto se debe a que es el único varón presentado explícitamente con este título, y el uso del título parece haber sido aplicado de manera intencionada. A continuación, presento los textos correspondientes:
Jn 11.3: "Las hermanas de Elázar (Lázaro), María y Marta, enviaron a decir a Yeshúa: “Señor, he aquí el que amas está enfermo”.
Jn 11.5: “Y amaba Yeshúa a Marta, a su hermana y a Elázar (Lázaro)”.
Jn 11.36: "Después de que Yeshúa lloró al ver el sepulcro de Elázar (Lázaro), los judíos que estaban presentes dijeron: “Mirad cómo le amaba”.
Parece que el autor de este documento alojó algunas pistas claves dentro del propio texto para dar a conocer su identidad. Después de relatar la resurrección de Elazar (Lázaro) y destacar que Yeshúa le amaba, el autor del documento empieza a introducir a un discípulo identificado como "aquel a quien Yeshúa amaba". A continuación, presento los textos correspondientes:
Jn 13.23: "Uno de sus discípulos, al cual Yeshúa amaba, estaba recostado al lado de Yeshúa a la mesa".
Jn 19.26-27: "Cuando Yeshúa vio a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre".
Jn 20.2: "Entonces corrió, y fue a Shijmón Kéfa (Pedro), y al otro discípulo, al que amaba Yeshúa, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto."
Jn 21.7: "Entonces aquel discípulo a quien Yeshúa amaba dijo a Kéfa (Pedro): ¡Es el Señor!"
Jn 21.20: "Volviéndose Kéfa (Pedro), vio que le seguía el discípulo a quien amaba Yeshúa, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?"
Cuando Miriám (María) y Marta informan a Yeshúa sobre la muerte de Elázar (Lázaro), se refieren a él como "el que amas", lo que indica claramente que Elázar (Lázaro) era reconocido como alguien a quien Yeshúa amaba.
Es perfectamente claro, al comparar todos los versículos presentados, que el enfermo mencionado primero como Elázar (Lázaro) y luego como "el que amas" es la misma persona identificada en el documento como "el discípulo amado" o "el discípulo que Yeshúa amaba", ya que la referencia y el énfasis en los versículos confirman esta identificación. Este es el primer caso en todo el evangelio en que se dice explícitamente que Yeshúa amaba a una persona en particular. De hecho, se podría argumentar que Elázar (Lázaro) es el único personaje con nombre en todo el evangelio sobre el cual reposa directamente este título de amor.
En el epílogo de la obra, también se menciona un rumor sobre el discípulo amado, indicando que no moriría antes del regreso de Yeshúa. Aunque esta idea podría aplicarse a cualquier discípulo anciano, resulta particularmente relevante en el caso de Elázar (Lázaro), dado que, según la narrativa, él ya había experimentado la resurrección. De acuerdo con la lógica del texto, la cuestión que surge es si él moriría nuevamente.
¿Por qué el Evangelio se atribuyó a Yojanán (Juan)?
Esto nos lleva a la última pieza del rompecabezas. ¿Cómo llegó este Evangelio a ser atribuido a Juan? Mi respuesta es la siguiente: Es posible, que, al igual que muchos discípulos poseían dos nombres (e.g. Leví = Mateo; Mordejái (Marcos) = Yojanán (Juan)), también Elázar (Lázaro) y Yojanán (Juan) fueran la misma persona. Y otra opinión sería porque Yojanán (Juan) de Patmos fue el editor final de este documento tras la muerte de Elázar (Lázaro). Cuando Domiciano murió, Yojanán (Juan) regresó a Éfeso y vivió allí hasta el final de sus días. Una de las cosas que hizo fue editar y difundir el Cuarto Evangelio en nombre del Discípulo Amado.
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