Miriám /"María" no pertenecía a la tribu de sacerdotes de Leví
- 12 feb
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Actualizado: 7 mar

Se ha sostenido que, dado que Miriám (María) y Elisheva (Elizabet) eran primas, y Elizabet pertenecía a la tribu sacerdotal de Leví, Miriám también debía descender de esta tribu. Sin embargo, Miriám (María) no pertenecía a la tribu de Leví, a diferencia de su prima Elisheva (Elizabet). No es necesario suponer que Miriám descendía de la tribu de Leví únicamente por el hecho de que su prima era levita y descendiente de Aarón, pues esto no implica necesariamente un parentesco tribal. De hecho, el Evangelio de Lucas (2) señala que Miriám pertenecía a una tribu distinta de la de Leví.
Cuando Elohím (Dios) castigó a Egipto hiriendo a todos sus primogénitos, preservó a los primogénitos de Israel y los reclamó como suyos. Como resultado, ordenó a los padres de Israel —excepto a los levitas— que redimieran a cada primogénito con el pago de cinco shekels. Esta consagración representaba una separación especial para el servicio divino. Así, mientras los primogénitos de las demás tribus debían ser redimidos, los levitas quedaban exentos de este mandato.
Maimónides (siglo XII) comentó:
Un israelita que proviene de una sacerdotisa, o de una MUJER levita, es libre, (es decir, de la redención del primogénito) porque esto no depende del padre, sino de la madre, como está escrito (Éxodo 13.12) "el que abre la matriz en Israel". (Maimónides, Hiljot Bikurim c. 11. sec. 10).
Esto demuestra que, si Miriám (María) hubiera pertenecido a la tribu de Leví, Yeshúa no habría estado sujeto a esta ley. El hecho de que sí lo estuviera, según registra Lucas, confirma de manera concluyente que Miriám (María) no era descendiente de la tribu de Leví.
Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la Torá de Moshé, le trajeron a Jerusalén para presentarle a Elohim-Dios (como está escrito en la Torá del Eterno: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Eterno), y para ofrecer conforme a lo que se dice en la Torá del Eterno: Un par de tórtolas, o dos palominos. (Lc 2.22-24)
Dado que la tribu de Leví estaba exenta de esta ley, queda claro que Miriám (María), a pesar de su parentesco con Elishéva (Elizabet), no pertenecía a dicha tribu. De lo contrario, su primogénito, el Mesías, no habría estado sujeto a esta normativa.










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