Ustedes son la Luz del Mundo (Mt 5.14-16)
- 12 feb
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Actualizado: 7 mar

"Ustedes son la Luz del Mundo"
El mundo alejado de Elohím-Dios es oscuridad. El discípulo de Yeshúa no vive solo para sí mismo, sino para los demás; cf. Mt 25,26; 2 Cor 4,7. La luz verdadera, es decir, la que corresponde a su esencia y propósito, tanto del mundo como de los hombres, es Yeshúa (Jn 1.4, 9; 8.12; 9.5; 12.35). Los discípulos serán la luz, siempre que permitan que la Luz verdadera (Jn 1.3), habite en ellos. Sus discípulos son únicamente portadores de su luz (cf. Efesios 5.9; 1 Tes 5:5), los mediadores de esta luz para la humanidad (cf. Fil 2.15), luz solo en el Eterno (cf. Efesios 5.8).
Así el versículo equilibra delicadamente la realización de buenas obras de la Torá, nuestra lámpara (Sal 119,105; Prv 6,23; cf. 2 Sm 22,29), con la necesidad de evitar el orgullo y la atribución del mérito. Además, la enseñanza de Yeshúa, por más profunda que sea, no debe ser tratada como lecciones secretas, a diferencia de cómo los místicos y rabinos solían susurrar en el oído de otro rabino para evitar que otros escucharan. Yeshúa ordena a sus discípulos a difundir sus enseñanzas: “Nada hay oculto que no haya de manifestarse, ni ha sido escondido sino para que sea sacado a luz” (Mc 4.22-23). En otro lugar también dijo: “Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas” (Mt 10,27).
Esta comparación se basa, evidentemente, en la idea de que los discípulos ocupan una posición elevada en el mundo. La montaña simboliza el Reino de Dios (véase Daniel 2:35); la ciudad en la montaña es Sion o Jerusalén, la ciudad excelsa de Dios (Salmo 48:3; 87:1; Ezequiel 40:2; cf. Miqueas 4:1 y siguientes; Isaías 2:2). Como ciudadanos del Reino de Dios, los cristianos habitan en una ciudad situada en lo alto de un monte y, por lo tanto, no pueden permanecer ocultos.
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